Lourdes

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para ofrecerlo al Señor (Lc 2,22). Totus tuus ego sum et omnia mea tua sunt. Soy todo tuyo (Virgen María) y todo lo que tengo es tuyo. Te prometo rezar el Rosario (cinco misterios) cada día.